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CAPÍTULO XVIII Misión en Aranjuez. - EI Beato en Palacio.– Vuelta a Andalucía.- Enfermedad en Ronda. - Se le da por protector a San Bernardo. 1782 Era costumbre de Carlos III trasladar su residen– cia a los Reales Sitios en las distintas temporadas del año . En Aranjuez estaba desde la Pascua de Re– surrección hasta fin de junio; en Madrid hasta el pri– m@ro de julio, en que se trasladaba a El Escorial, y a esta temporada seguía la de la Granja. Con él iban siempre la Corte, los ministros, los embajado– res, el elemento oficial y militar y cuantos espera– ban alguna merced o un empleo, y principalmente la nobleza, que prestaba brillo y majestad al trono. Fastuosa y espléndida, haciendo gala de piedad y de fe, y minada interiormente por la impiedad y el libertinaje, grande hasta ser una de las primeras de Europa, y llevando en sí el germen de la ruina, la Corte necesitaba del enérgico llamamiento, que le iba a hacer Fr. Diego, como enviado de Dios para la salvación de España. No fué, sin embargo, ahora la estancia en Aran juez sino un tanteo, una exploración, para la segunda visita que más adelante habremos de reseñar.

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