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- ~35- irascible la tiene el Señor apagada, y templada la concupiscible por ahora . » (1 ). Misión en Espr,jo, Baena y Andújar .- «Sali– mos de Carcabuey- conti11úa- para Cabra, dejando en nuestro convento a mi compañero, el P . Fr. Euse– bio, enfermo de erisipela. De allí a Espejo, Baena, Lendines, y llegamos a Andújar la tarde del 17 (de diciembre) lloviendo en la actualidad , y no obstante salieron muchas gentes al recibimiento, unas en co– che, como fué la Diputación de la ciudad, el Corre– gidor y otros caballeros y señoras etc. y gran multi– tud de esclesiásticos seculares, que nos :cicompaña– ron desde el puente del Gm1dalquivir que está a la entrada, hasta nuestro convento, que se halla en el extremo contrario. Las ansias de las gentes por la Misión puede usted inferirlas de que algunos estu– vieron dos o tres días antes esperando a muy larga distancia hasta las doce y dos de la noche en medio de los campos, con el escaso abrigo de algún fuego. Se dió principio a la Misión el día nueve: la predica– ción fué suave, eficaz y no muy penosa al interior; el fruto parece haber sido considerable en el remedio de algunos puntos graves, como el juego, pleitos y enemistades. » ·!:.1_ Milagro de audición a distancia en Andújar. - «En ocasión que estaba yo predicando el !>ermón de amor a los enemigos en la plaza, se hallaban unos trabajadores arando en el campo, como a un cuarto de legua distante de la ciudad, a orillas del Guad3l– quivir, y en este sitio, dond e hacía mucho ruido el agua, oyeron distintamente y con claridad cuanto yo decía, de suerte que pararon las yuntas y atendieron al sermón. Luego que entendieron el asunto a\·isaron (11 El Director Perfecto. Carta del J 6 de núviern– bre de 1781.

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