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-2jJ - amor que el Señor me ha dado a tu alnrn, con el in– t erior convencimiento de tus destinos, ruégale que no lo pierda yo, y me resuelva a servirle , amarle y ser útil a mis prójimos. Estos me ejercitan bien, y sin embargo de las recias calores, sobran tareas, y, siguiendo mi cuaresma l vida y tolerando los achaques habitualec;, hago lo que puedo y voy saliendo de todo» . (1). Ejecución de la beata Dolores . - Entre las ta– reas del santo anciano, 110 -fué la menor la que sufrió con motivo del trágico fin de la beata Dolores. El ruidoso proceso de esta miserable hipócrita, que pre– tendía tener trato íntimo con Dios y los santos, y llevaba en re:.ilidad una vida escandalosa, fué uno de las más célebres del siglo XVIII. Era ciega, ho– rriblemente fea, y llevó durante doce años una vida escandalosa y sensual , hasta que cayó en manos de· la Inquisición. Dos añus duró el proceso , y, durante todo él, estuvo continuamente negando que fuera culpable, antes bien afirmaba los dones que había r ecibido del cielo, su trato con la Santísima Virgen, el haber libertado millones de almas del Purgatorio el estar desposada con el Niño jesús, e innumerables favores de esta clase, no obstante ser sorprendida en las más groseras contradicciones. Sevilla entera, al verla condenada a muerte, horrorizada de su im-– penitencia, estaba llena de angustia. En vano los más sabi os teólogos y misioneros trataron de con– vert irla. El mismo Beato Diego, durante las varias veces que estuvo en Sevilla, con esto indudable– mente se relacionaba el asunto que le encomendó la Inquisición-trató de ablandar aquella alma impeni– tente; pero todo fué inútil. (1) El Director Perfecto. Carta del 18 de agosto de 178 1.

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