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- 226 - una copia o pintura. Era cosa digna de verse para alabar al Criador. El uno ci ertamente recibió el agua del Bautismo; del otro se dudó, porque parece nació muerto. Concluida la Misión el día 10, salí la mañana del 11 para Málaga, para predicar el 13 de mi San An– tonio de Padua, como lo hice con el favor de Dios. Sigo en lo in ter ior sosegado y deseoso de quietud y retiro , aunque para la oración abrumado de sueño y estéril de consideraciones. Las tentaciones contra la pureza han vuelto con terribl e furor y violencia; me temo mucho, porque son con persona seglar, que me es forzoso su trato, aunque no asiste aquí, pero alguna que otra vez voy a donde vive, y asisto en su casa, y aun dirijo su interior, y es muy otro de lo que yo soy en estos pensamientos. ¡Dios me mire con misericordia! » (1) Veamos cómo juzga el P. González esta Misión y anuncia las venideras: «Leo y adoro la sabia pro– videncia del Señor en la Misi ón de Antequera. ¿Qué son los pode1osos, los sabios, los príncipes del mun– do, para estorbar o debi litar las obras de la grada? ¿Cuánto mayor fué ahí la vi rtud de la divina pala– bra , que lo ha sido en otros pueblos, donde sin prohibición alguna la distribuiste a tu modo? No se canse el mundo ni se oponga el infierno. Es volun– tad de Dios que lleves su terrible nombre y lo anun– cies a las gentes y aun a los reyes de la tierra. ¡Se ha de cumplir y has de prevalecer! Pero esto mismo, que debe alentar tu pusilanimi – dad y esforzar tu corazón y espíritu, haciendo la causa del Omnipotente, debe igualmente hacerte co– rrer despavorido a los pies de Jesucristo, para que (2 ) El Director Perfecto. Car ta del 22 de junio de l 78 1.

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