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XXIII cencia y entusiasmo, producidos en toda España por S'.IS fiestas de beatificación, y levantarle un monu– mento en Cádiz, su patria, pensando que ese monu– mento no fuera de mármol, sino la edición de sus Obras completas. Llegaron a publicar un tomo , y de ahí no se pasó , desperdiciándose la ocasión, que d ifícilmente se volverá a presentar, a menos que una persona pudiente quiera inmortalizar su nombre , y levantar por sí sola este monumento. Aunque nos– otros mismos hemos presentado después un plan pa– ra imprimirlas, tropezamos siempre con el imposible de la 1mgnitud de los gastos necesari os . El Se110r hl vez lo habrá permitido para q:1e se emprenda la oJra con mayores garantías de acierto. Es preciso i;nprim irlas con ortografía moderna, con introduc– ciones apropiadas y notas explicativas, de tal modo que la lectura no se haga fatigosa e indigesta, y é'l lector pueda saborear las bellezas, doctrinas y ense– ñanzas qu e contienen los escritos del Siervo de Di os. Antes de soltar la pluma, me atrevo a ped ir y supli car a mis he rmanos en el sacerdocio, a los Pa– dres presentes y futuros de nuestra Provincia , que ~e enamoren de esta gran figura, y la estudien cada vez más, en lo mucho que queda por estudiar, y adu– nen sus esfuerzos para trabaj ar sin descanso en su pronta canonización; después para llegar a la publi– cación d<: sus Obras completas, y guardar sus originales y cuanto a él pertenezca con grandísima solicitud y cariño; y finalment e que trabajen con en– tusiasmo , para que su culto y su memoria se manten– gan vivos entre los de nuestra Orden y en el cora– zón de nuestro pueblo. Dios quiera que, así como él, cuando niño , leyendo las vidas de San Fidel de Sig– maringa, San José de Leonisa y del V. P. Caraban– tes, recibió la vocación a l':l Orden y al apostolado,

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