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- 219 - ,en mis miserias, etc. , y lo propio aun duran te el ejer– cer estos ministerios. Finalmente, que todo se verifi– •Caba en mi , siguiendo la exposición mora l de la zar– .za, porque además de ca recer de aquel necesario fuego, era un zarzal de espinas de culpas. (!) Este clarísimo conocimiento me redujo a una blan– da y suave humillación, que. sacándome algum1s lá– grimas, me llevó hasta un sensible dolor de mi s pe– cados. Seguí el día con esta sustancia l devoción, y a fa tarde, rep iti endo la oración antes de predicar, me valí de este conocimiento, y se repitió con tanta fuerza , que me deshacía en lág rimas humildes, dolo– rosas y ansiosas de mi remedio. Advertí una extra– o rdinaria eficacia para pedir, y nada más pude o acerté a pedir que el que se cumpliese en mi la voluntad de mi Dios. Esto con una fuerza gradisi – ma, así en hacerla como el interponer la infinita ca– ridad y bondad del Seiior, junto con los méritos de mi Seiior J esucristo. Quedó el alma en una suma (1) Otro relato del Si er vo de Dios al P . Alcober: c<Hall ándo111e de cm1resm11I en l::1 Isla. preparándome un día para predicar con un rn to de oración. se me ncurri ó la conmoción y admiración de las gentes oor n1is sermo– nes y los efecros que ellos causaban de an11ir de Dios, jun to con el buen juicio que d::: mí hacen. Acordé111e en· tonces de la zarrn de Oreb con la admiración de Moi• sés, y percibí P11 111i i11teri11r la voz del Sefior IJL'll et; a11· te y clara: Tú eres esa zarza. Esto filé con una luz abundantísima, q11e me hizo ver que la zarzn. sin d,-jar de serlo. ;cirdía para la vista de Moisés. sin inrcrm1rse en ella el fu ego, ni rn ldea r la, consPrvando tod,1s 511S espinas y su i11utilidud, pues el fuego no r ra pura ell:i. sí para otros. Sobre est« una moralidád tm1 urropiada H mi, que si me arn,ve::hase de ella tenia fJUe meditar r• •r muchos días, c<,ncluyéndose tndu esl11 cn11 el: In mcdi– Jalione mea erardescct (1;11is, para llu111ari11e la ate11• ción a la oración.» - Vida interior y exter ior del Beato Diego, etc. , por ti P. Alcober, pág. 51 .
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