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-209- do para hacer comedias en las Carnestolendas. Una cuad rilla se componía de la nobleza principal y las otras dos de los oficiales de zapateros del pueblo. To– dos me dieron palabra de hacer lo que les pedí, en lo que para más estimularlos les prometí decirles o apli– carles una Misa en las Carnestolendas, como se lo cumplí. También se compusieron algunas enemista– des, y se quitó un escándalo no pequeño y algo inve– terado, hablando privadamente a los sujetos. ¡Bendito el Señor por todo! En Ronda estuvimos seis días, y conseguimos igual triunfo, en que se descompusie– ran dos comedias, que por distintas cuadrillas de la gente vulgar iban a representarse en dicho tiempo, siendo la una fomentada y promovida por un sacer– dote con la mira de una obra pía en obsequio de Nuestra Señora. Híceles la misma promesa que a los de Morón, y con ella se movieron en quemar los papeles. ¡Dios sea por todo glorificado! Entretanto que el Señor así me favorecía, me esmeraba yo en serle infiel. Ha sido horror, Pa– dre de mi corazón, lo que he usado de mi genio vo– luntarioso, agitado de la irascible; he disgustado no poco al compañer<?, acrecentándole con esto el traba– jo y la mortificación. En muchas ocasiones he tratado con notable desabrimiento y aspereza a las criatu– ras, por excusar el trabajo de oirlas y consolarlas; y, finalmente, me he portado como un leoncillo que em– pieza a dar uso a sus garras y a su genio. ¡Dios tenga misericordia de mí! >> - Misión en la Isla de León. - «Desde que llegué aquí ofrecí al Señor el negar mi voluntad y someter– me a cuanto se me disponga, y me parece que algo voy consiguiendo con la gracia del Señor, bien que será porque no se ha ofrecido cosa de notable re– pugnacia. El interior se halla disipadísimo y aun sin deseos de lo bueno: sólo per intellecfum suelo te-

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