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- 207 - rencias con su Director, en las que recibió los con– sejos y enseñanzas del santo anciano. Excursión a Ubrique. - Hizo además una excur– sión a Ubrique, para predicar la oración fúnebre del ejemplar sacerdote D. Ignacio Calvo. Siete días estuvo en Ubrique esperando la licencia del Obispo de Málaga, que al fin le fué negada, y entonces de– cidió dc:rla por escrito. Este sacerdote, ahijado d e primera Misa y dirigido del Beato, había sostenido con él una íntima co rrespondencia espiritual. Cuan– do cantó Misa, Dios manifestó a nuest ro Beato e l grado de perfección a que había llegado, mostrándo– selo como a un nifio a quien Cristo Nuestro Señor regalaba entre sus brazos e introducía en su pecho. Hallándose el Beato en la N\i sión de Jaen, y habien– do muerto su ahijado por aquellos días, se le apare– ció glorioso, vestido de sacerdote, di ciéndole: -« No muero, que v ivo para siempre. Da gloria a Dios, que el verle ha sido siempre mi mayor deseo. Y no te aflijas de que haya sido arrebatado tan pronto y cuando te parecía empezaba a coger el fruto de mis tareas, pues Dios, por su infinita bondad y miser i– cordia, me ha colmado de feli cidades en la gloria; como a siervo fiel en lo poco, he sido galardonado en lo mucho. » (1) El Beato D iego escribió la C arta Edificante so– bre su vid a , en la que hace el más acabado elogio de sus virtudes y apostólico celo. (2) (1) Card enal Vives . pá¡::-. S(i. (21 Pax Cilristi: - Carta Edificu11te, q11e la verwra– ble y S,rnta Escuel a de nues tro Ma es tro y Redento r Jesucristo, el~ fa villa de Cbriq11e, rem i te a las otras con quienes est,1 espiritnalmPnre hernr:,na da, participándo– les la ejemp' ar vida y mu,'rte de 11u,·s1rn lwrnrn110 y Pa– dre lgm,cio Calvo y Gálvez, i11divid110 dPI V. Clero de dicha villa, etc. (Sevilla: Archivo del Beato D ieg-o.)