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XX lo describe el Beato Diego en una s1 .:a línea. Si se prescinde, por el contrario , de insertar el docnmento ,. pierde inmensamente la obra, porque lo que más mé– rit o le da es la parte autobiógrafica, por fortuna muy rica en la vida del gran Apóstol. Hay, pues, que adoptar un término medio, insertando el documento y completándolo, esclareciéndolo y colocándole el marco de la historia contemporánea, donde todos ellos encajan y adquieren gran relieve, porque ac– tos que entonces eran heroicos, hoy , en los tiempos de libertad omnímoda de escribir y hablar, pt!dieran parecer indiferentes, como, por ejemplo, el sermón de la Universidad de Granada, que fué un acto de santa audacia, y hoy pudiera decir todo aquello cualquier orador, sin temor a la suspensión y al des– ti erro. No menor dificultad ofrece la pérdida de los do– cumentos, causada por la Guerra de la Independen– cia y la exclaustración. El P, Luis A. de Sevilla habla de una multitua de documentos, que el mismo· Beato Di ego entregó pocos años antes de morir a la Secretaría de la Provincia. Pedidos por el P. Pro– vincial, que se hallaba de visita en Córdoba, y re– mitidos, empaquetados y sellados, se extraviaron, sin que hayan podido encontrarse desde entonces . El mismo P. Luis A. de Sevill a tuvo el pensamiento. de escribi r una obra para el total conocimiento de quien /'ué el P. Cadiz, obra que indudablemente hubiera arrojado luz sobre hechos, f echas, lugares dudosos, etc ,, y que, tanto si se escribió, o si reunió tan sólo materiales para ella, han debido unos y otros perderse. ( 1) En la exclaustración, aventados nues– tros archivos, se perdi eron riquezas inapreciables. Entre lo que se ha podido salvar figuran las obras. (1) P. Luis A. de Sevilla - Vida del Bto. pág. 2SG_