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-188 - Por el camino salían los pueblos enteros, hom– bres, mujeres y niños, y aun los sacerdotes, a ver y pedir la bendición y alguna reliquia a este descono– cido monstruo de iniquidad; procuraba disimular la interior desazón, apuro y fatiga que me causaban, tirando mi corazón por los suelos para que lo pisa– sen, lleno de confusión al ver su fe y docilidad de que me hallo tan lejos. Pidieron sencillos que rogase al Seiior lloviese, ofrecí hacerlo, y me sentí a ello después tan muvido que no pude hacerlo sin lágri– mas y extraord inaria confianza y fuerzas, y fué el Señor servido viniese pronto la lluvia. Llegué a esta el miércoles santo, y sigo evacuan– do algunos cuidados an tiguos y nuevos, y disponi en– do mi viaje pata Jaén, que haré el día 11 del corrien– te, siendo Dios servido. » (1 ). Contradicción en Málaga.-Al llegar a Málaga le esperaba un serio disgusto . El celo, que devoraba su corazón, le había empeñado en que varias comu– nidades abrazaran la vida común. Nada más ajusta– do a la Regla, a la conciencia y a los mandatos de la Santa Sede que esta pretensión santa, dirigida a cortar inveterados abusos. Di vidiéronse las religio– sas, como acontece en estos casos, y acudieron al P. Provincial respectivo, el cual, con lamentable precipitación , le retiró las licencias . Al día siguiente era Viernes Santo y tenía que predicar el Beato en una de di chas Igl esias , y como no pudo, por habér– sele retirado las licencias, sobrevino el escándalo, y en toda Málaga no se habló de ot ra cosa. Hirió pro– fundamente al Beato esta orden, no por lo que a él tocaba, pues era humildísimo, sino porque se creyera sospechosa su doctrina, y así pidió al P. Provincial, (1) El Director Perfecto, Carta del 31 de marzo de 1780.

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