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- 159- porque no estás como debes ir. T odavía eres co– barde, desconfiado, y no te honra la fe. T odavía te acuerdas de tí, te amas y quisieras confites, y ya sabes que no son los delicados pEira comer el pan de munición. Cuando sea tanta tu ca r idad que evacues y arrojes lejos de tu corazón todo temor, que no sea el casto, el filial, el de los escogidos y bienaventu– rados, entonces, entonces, a pecho descubierto, con ánimo invencible, armado de la fortaleza irresistible de un Di os Omnipot ente, pelearás, véncerás, mori– rás, y será glorificada en tí la religi ón, la piedad y la verdad del Evangelio de Jesucristo. )> (1) No se verifi có como el Beato y su Director te– mían, sino que, por ser el bellísimo y oportunísimo sermón de la Univers idad inspiración de Dios, quiso la Divina Providencia que de un acto tan grande de audacia santa, en aquellos miserables tiempos, no le resultara nada. Estando de vuelta en Granada su– po el resultado: «Aquí supe las resul tas de mi dela– ción al Consej o, que fueron haber r espondido un Sr. Consejero : «Ac¡uí se ha sabido que el P. Capuchi– no habló algo contra el Gobierno el día de la Con– versión de S. Agustín; pero el Padre puede decir lo que quisiere, porque tiene aquí dos poderosos defen– sores o protectores, el Sr. Pa tria rca (2) y el Sr. Inqui– sidor Mayor. »Mayor novedad es la de haber delatado al Sant o TribunEJ I de la Inquisición dos proposiciones mías, dichas en mis sermones; una: «Amo tanto a los pecadores que me parece no hay, después dej esucris– to mi Señor y de su Santísima Madre, quien los quie– ra t anto como yo .» Otra la que avisé a usted de mi ( 1) Director Perfecto. Carta del 8 de mayo de 1779 (2) El Patriarca de las Indias era el Cardenal Del– gado y Venegas, gran amigo del Beato é:tsde la Mi ;iún de Sevi lla.
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