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-153- he de cansar a usted con esta impertinente relación?· Digo, Padre de mi alma, que no sé si harían más. aquellos del Evangelio, que seguían a mi Señor y Redentor . Lo propio sucede aquí, por no cansar lue– go con repetir lo mismo. Allá y acá se despueblan los lugares comarcanos a oír la Misi ón y pedir cé– dulas. Entre todo esto, lo que más me mortifica es ver estos aplausos en los religiosos propios y extraños;. el tratarme con pistinción y esplendor apenas puedo sufrirlo; por lo común callo, pero con una fortísima interior violencia . Esto es, darme asiento principal en la mesa , tratarme con cumplimiento, el mejor or– namento y solemne aparato para la Misa, ser los Prelados los que la ayudan y otras cosas de ese mo– do . Deseo saber s i he de hacer más resistencia , has– ta negarme del todo, o si condescender, como hasta aquí, por no ser porfiado . » Delación al Con se jo de Castill a. -«La desazón, que ha ocurrido ha sido causada del sermón de la Universidad. El concurso fué e l más temible , porque hubo soldados para que sólo entrasen personas distin– guidas: fu é inmenso el concu rso, pero de la Univer– sidad, Cabildos, Tribunales, Colegios, Comunida– des, sei'iores del Acuerdo, la Nobleza y demás gentes de distinción. La idea fu é la que dije a usted en mi anterior. La contraje a lo que hoy sucede, que las leyes del Papa se desprecian, que su autoridad y potestad se disminuye y no se cree, que se siguen· doctrinas varias veces reprobadas, que se defienden· con la fu erza, impi diendo que se hable en contra, prohibiendo la entrada de libros extranjeros que las impugnan y el uso de los patricios que las reprue– ban , que se coartan las facultades al Santo Tribu– nal de la Inquisición, que a los limos. no se les deja obrar con liberbd, que las rentas de la Iglesia se

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