BCCCAP000000000000000000000177

-13-1- cesión de penitencia el 8 de éste. Lo que a esta Mi– s ión me movió fué la extrema necesidad del pueblo, y el haberles repetido y entendido de otros nos ame– n izaba un castigo de Dios. Este movimiento era interior y con alguna fuerza, y luego que usted me aprobó que, dando el Ilmo. su permiso, lo hiciese, pasé a verlo, y con él· la principié y seguí del modo dicho. >> Anuncia los pecados de Málaga.- «En ella lo más especial que ha sucedido ha sido que el día de la Comunión General,el anterior al de la Penitencia, haciendo cargos al pueblo del e.orto fruto que se no· taba, me ocurrió, habiéndolo pensado antes, el de– cir los pecados cometidos aquel día. Acordéme de ello en el sermón, quise desecharlo; pero me pareció sería bien el decirlo, y así dije esta proposición: ¿Queréis ver el fruto de esta Misión? Pues inferidlo de esto, que quizá no lo creáis: Desde las 12 de la noche hasta ahora se han cometido en Málaga vein– te y dos mil pecadcs mortales, y entre ellos tres o cuatro deformes , que por no escandalizaros no los digo. (Creo es seguro y aun corto este cómputo, porque seguramente pasan de 50.000 las personas de esta ciudad.) Esta expresión conocí entonces y he visto después ha sido extraordinaria la fuerza que tuvo en toda clase de gentes. Al concluir la plática, ex.clamé a Dios con el: Exurge, Domine, judica causam tuam, y que yo levantaba mi mano para que, si quería castigarnos, lo hiciese. Volvíme al pueblo con ardor de espíritu, y con grito terrible les dije: y vosotros id et imple– te mensuram patrum vestrorum, para que venga el castigo. Tomé el lienzo de la Divina Pastora, y con aceleración bastante me bajé del púlpito. Este i:,erio conjunto de expresiones y acciones movió tan– to, que toda la ciudad se puso en movimiento. En las

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz