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-97- Medinaceli, que debió caer como una bomba sobre fas tertulias de aquel tiempo. (1). El Emmo. Cardenal Delgado, entonces Arzobis– po, quiso tenerlo alojado en su Palacio con su compa– ñero el P. Eusebio de Sevilla, buscando en ello go– .zar de su santa compañía y evitarle el daño que la aglomeración de gente pudiera causarle. Empezó la Misión en el trascoro de la Catedral, tanto para comodidad del Sr. Arzobispo y de los Canónigos, •Como por su gran cabida para tan enorme concurso. Era tanto este, especialmente de Catedráticos, Maestros , Lectores de las Ordenes Religiosas, Doc– tores y sabios de toda Sevilla, como jamás se había visto en ella. El Arzobispo y el Cabildo en pleno no perdían una sola tarde. ¡Tan ta era la sobrenatural ,elocuencia del Siervo de Dios! Cinco meses codinuos estuvo de Iglesia en lgle– ·sia, predicando sin cesar novenas y sermones sueltos y haciendo Misiones en todos los barrios y parro– ·quias, en todas ellas con grandísimo concurso. Pre– dicó en el Sagrario, por encargo del Sr. Arzobispo, ires sermones, de Santa María Magdalena (2), San– fa Teresa de Jesús y S. Pedro Alcántara; a los ma– gistrados de~Sevilla, en la Ig lesia de S. Francisco, tres sermones, admirables; en el grandioso templo (1) «El Adalid Seráfico». Año 1901, núm. del 31 de enero. - EI original lo conserva ;,;I Excmo. Sr. Conde de la Cortina. t2) Sermón Panegírico Dogmático Moral que en la función celebrada en obsequio de la gloriosa Santa MFtría Magdalena por un especial devoto suyo en el Sagrario de la Santa Patriarcal Metropolitana Iglesia de Sevilla, dijo el P. Fr. Diego José de Cádiz, Mi- ~.-~· ·" C:.'.rnero Apostólico del O. de Menores Cupuchinos, de ' :" /' S. P. S. Francisco de la Provincia de Andalucía– •,, ;?~n licencia-En la Imprenta dP. Vázquez e Hidalgo , en /4 calle Génova-Año de 1792.-Tomo I de sus obras.