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CAPÍTULO VIII ~ El P. González. - Primera Misión de Sevilla. - Enfermedad del Beato.-Le habla Jesús Sacra– mentado desde el Sagrario . 1775- 1777 El P. González.-Empieza ahora la parte más dramática de la vida de Fr. Diego. Hasta aquí han sido tanteos, preludios de la misión providencial a que el cielo le destina. El biógrafo se siente emocionado al contemplar a dos santos, que providencialmente se conocen y se unen para salvar a la gran Monar– quía Espai1ola, en el período que pudiéramos llamar el atardecer de nuestra historia . Vamos a ver al nuevo Apóstol, que se apresta a dar la batalla a la impiedad con su avasalladora elo– cuencia. Las potestades ele la tierra se lanzarán so– bre él para aplastarlo; el regalismo, el filosofismo y el jansenismo lo querrán envol ver en sus teneb rosos planes; la asqueante hipocresía del siglo XVIII pre– tenderá desprestigiarlo ante el pueblo; las auras po– pulares querrán envanecerlo, y su misma humildad y encogimiento se juntarán para desanimarlo y apar– tarlo de su empresa; y entre tantos peligros, entre tantas persecucione.<;, entre tantos momentos de va– cilación y eluda, vamos a ver a una mano férrea que lo sostiene y lo guía, dejündonos igualmente encan-