BCCCAP000000000000000000000176

EL ÚLTIMO ADIÓS.. LA AMISTAD LLORA Y ESPERA Los dos santos e íntimos amigos, Fray Francisco y Sor Clara, se hallaban gravemente enfermos. Fray Francisco, pasados unos días, volaría al cielo entre resplandores de gloria. Las hermanas alondras llo– rarían su muerte en la tierra, los ángeles celebrarían su triunfo en el cielo. Los hombres besarían con amorosa reverencia s.u estigmatizado cuerpo, en la gloria recibiría el abrazo glorificador del A m a d o . Clara sobreviviría muchos años al benditísimo Padre e,n el destierro. Como blanquísima azucena, seguiría perfumando la sociedad del siglo XIII des– de el humilde búcaro de San Damián. Dolorosa en– fermedad inmovilizaría su cuerpo virginal clavándola en su pobre y mortificador camastro. Moriría suave– mente, rodeada de sus hijas, las Religiosas de San Damián, y de lucidísimo cortejo de espíritus res– plandecientes presididos por la S e ñ o r a del cielo, la V i r g e n M a r í a , cortejo maravilloso, pero no menos real, que solamente Sor Clara y una hija suya te¡ndrían la dicha de gozar de él. Como inclina la azucena, después de haber adornado y embalsa– mado el jardín, así Sor Clara se recostaría en los brazos de Jest1cristo después de una vida intensísima de amor divino. Sor Clara dejaría como preciosa herencia a sus. Religiosas de San Damián c.ulto fervorosísimo, apa– sionado a su D a m a P o b r e z a . 191

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz