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este combate tan largo y duradero en defensa de Dama Pobreza? No hay duda que Dios le ayudaba, dirigía y María Inmaculada la sostenía maternalmente escuchando las amorosas súplicas de Francisco, poco ha elevado a los altares. i:LTli\IOS J,SbOS DE LA AMISTAD Muy pronto volaría Francisco al cielo. Termina– do su calvario, el Cmcificado del Alverna subiría a su Tabor del cielo a recibir el premio de su en– cendido amor a Cristo y a su Dama Pobreza. Desde su humilde camastro voló su pensamien– to hacia San Damián, en d0inde moraba Sor Clara, enviándole por medio de .un religioso la siguiente te misiva, que manifiesta claramente la grandeza de su corazón, su amor apasionado a Cristo Crucificado y pobre, y también su predilección por su hija Sor Clara y por sus discípulas, que en su voluntaria cárcel de San Damián lloraban el pronto abandono del Padre amado y del defensor valiente de su vo– luntaria pobreza. Pocos días antes de su muerte nos escribió otra vez su última voluntad diciendo: «Yo Fray Francisco pobrecillo quiero seguir la vida y pobreza del Altísimo Señor nuestro Jesu– cristo y de su Santísima Madre y perseverar hasta el fin. Y ruégoos a todas vosotras, señoras mías, y os aconsejo que viváis siempre en esta santísima vida y pobreza. Y precaveos muy inucho para que 182