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hombres, pero gratísima al E s p o s o ce l e s ti a l . El altar, ador:-:1ado con la sagrada imagen, regala sonrisas maternales, los ángeles la rodean invisible– mente. Cuando se acercan las dos mujeres hay un movimiento de estupefacción y asombro. ¿Qué mis– teriosa ceremonia se prepara? Clara es joven, bella, rica. El mundo la admira y festeja. Clara viste traje de ceremonia, deslumbrante de joyas. ¿Acude a la cita de algún galán afortunado? ¿Se trata de mari– darse para obedecer a los suyos? Todo lo contrario; va a despedirse del mundo para siempre. Ha elegido esposo. ¿Cómo se llama? Cristo Jesús. Una amiga s11,ya, testigo de la poética y simbó– lica ceremonia que se celebró en la intimidad del Santuario de Nuestra Señora de los Angeles en aque– lla noche del Domingo de Ramos y que marcaría el rumbo definitivo de las aspiraciones de la joven Cla– ra, nos la refiere así, al ser interrogada como testigo en el proceso de canonizaciótt de la S a n t a . Dice Sor Cristina de Messera Bernardo de Suppo: « Y yo lo vi, porque vivía con ella. Clara partió de casa de sus padres por modo maravilloso. Temiendo que la estorbaran su resolución, no quiso salir por la puerta de cost,umbre, la principal, sino que fue por .otra puerta, la que se abre solamente en los días de lu– cha y duelo, la cual estaba fuertemente cancelada con maderas pesadas y .una columna de piedra, que a duras penas podrían mover muchos hombres. Y ella sola las apartó co.n la ayuda de Jesucristo, y salió por aquella puerta. Y a la mañana siguiente, vién– dola muchos abierta, se maravillaban cómo una jo– vencita p11,do franquearla.,, 155

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