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SAN DAMIÁN San Damián, el mísero ascetario de las D A M A S P O B RE S , búcaro hermosísimo con las preciosas flores nacidas del pecho noble y endiosado de Clara y sus Hijas, poseía un huertecito, remembranza del huertecillo del Amado, del que con tanta frecuencia nos hablan los Sagrados Libros. Plantado ta.n po2- tico huertecillo por las manos del Amado, divino jardinero, contiene toda suerte de flores y árbolcJ frutales para recreo y esparcimiento de su querid.1 esposa. En este huerto, intensamente perfumado po::· la flor de los manzanos, debió realizarse el virginal y divino epitalamio ta.n dulcemente cantado por e'. Autor del C a n t ar de 1o s C a n ta re s . El huertecito de San Damián, aunque muy re– ducido, recordaba aquel otro de los Libros Sagrados. En ese huerto descansaba Francisco con frecuencia; en él pasaba muchos ratos, rodeado de flores y ar– bustos, meditando en las finezas del A m a d o ; por la hermosura de las flores se elevaba a la Hermosura suprema, y en los efluvios perfumados de aquellas florecitas, pintadas de brillantes colores por el sol de Italia, percibía el delicado aroma que el A m a d o exhala cuando a los suyos visita; en los arpegios de los pajarillos escuchaba la delicada, suavísima y dulcísima voz del E s p o s o c e I es t i a 1 . G5 5

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