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SECRETO DE REY, FIDELIDAD DE YASALLO Francisco sabia cuán celoso es el Señor del se– creto de las comunicaciones íntimas que a sus siervos dispensa cuando los admite a su abrazo y los regala con sus dulzuras. No hay que exponerlos a la im– prudente curiosidad aun de los más allegados y que– ridos. Los mismos amigos, creyéndose autorizados por las leyes de la amistad, en el supuesto que su 2mistad sea con una alma muy favorecida del cielo, que su amistad sea con ,un santo, intentan sorpren– der algo de lo que entre Dios y su siervo, en aque– llas horas de elevados éxtasis y profundos raptos sucede. ¿¡No son amigos!? Francisco sabía cuánto 5mportaba guardar esos secretos de las miradas de los mismos amigos y también de sus hijos, pues había leído en los Libros Sagrados esta sentencia: P,orque así como es bueno tener oculto el secreto confiado por el rey, es cosa muy laudable el publi– car y celebrar las obras de Dios. (Job 12-7.) El Maestro no aleja de sí al amigo que toda rn confianza merece, pero, en previsión de lo que pudiera suceder, le da algunas reglas para sus visi– t2s, que deberá practicar cuidadosamente: