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formaría aquel corazón juvenil y delicado, como co– razón de mujer, en corazón de serafín. La vida de Clara Favorone de Asís se consumirá en la hoguera inmensa del amor celestial del Esposo. Fue la no– che del 28 de marzo de 1211. PERFUMES DE AMISTADES CELESTIALES La amistad entre Francisco y Clara había sido ratificada en presencia del cielo .y de la tierra. La benditísima imagen de Nuestra Señora de los An– geles había sido su testigo de mayor excepción, em– belleciendo con sus sonrisas aquella hermosísima lazada espiritual sobrenat.ural que acababa de unir para siempre aquellos dos corazones gigantes abra– sados en amor de Nuestro Señor Jesucristo. El santo hábito y aquella ruda cuerda con los que Francisco había dado a su discípula predilecta Clara entrada en la milicia franciscana serían testimonios elocmen– tísimos que en todo momento publicarían la seráfica amistad que los ,uniría. La amistad no podía ser más espiritual ni más pura, ni más angelical, ni más di– vina. Cristo habíala engendrado; Cristo ahora, fuer– temente, la añudaba y Cristo la mantendría siempre fecunda y lozana. Cristo la vestiría sin cesar de be– llísimas flores de pureza y encendida caridad. Nada de terreno se mezclaría en ella, nada de impuro la tiznaría ni le robaría un rayo siquiera de su potente luz. Francisco y Clara, con santa emulación, se ayu– darían a caminar por el áspero camino de la morti– ficación, del desasimiento hasta llegar al codiciado 160

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