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AMISTADES FE!.\IENINAS DE LOS SANTO~ No es raro encontrar en las vidas admirables de los santos, especialmente de los santos fundadores de Ordenes Religiosas, la influencia poderosísima que en el desarrollo y propagación de esas fundaciones ejercieron saludablemente algunas almas femeininas, unidas a los fundadores con los lazos de una ~is– tad pura, santa, angelical. Esa amistad presta una nota de belleza, delicadeza y suavidad en la con– ducta severa, austera y rectilínea de los santos. El Señor las puso en su camino providencialmente para ayudarles en la magna empresa que les había con– fiado. Hay que leer tales amistades con espíritu le– vantado y no mezclar en ellas ideas y pensamientos rastreros que las convertirían en barro repugnante en vez de ser en todo momento agua cristalina y altamente beneficiosa y saludable. Ante el peligro, siempre emboscado, los santos tomaron sus precauciones y de este modo su amistad no se vio ni siquiera tiznada con un poquito de humo que la hubiera privado de su natural belleza y po– derosos encantos. Su amor era santo, porque santo era el mana,a– tial del cual bebían; sus intenciones purísimas, por– que en la gloria de Dios y de su Cristo se funda- 132