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VI LOS HERMANOS LEGOS S ERÍA olvido imperdonable pasar por alto, hablando de la Misión de Pingliang, el trabajo excelente que nues– tros Hermanos Legos realizan allí, siendo un medio y elemento muy importante en la marcha y progreso de la Misión. Algo hemos indicado ya; pero quiero dedicarles un capitulito aparte. Actualmente, solamente son tres: y sin embargo su trabajo inteligente y abnegado permite a la Misión el prescindir de un número cinco veces mayor de criados chinos, lentos por demás en el trabajo, y, a veces, de no excesiva honradez. Fr. Isidro de Artazcoz. Este hermanito, el más an– ciano de todos, es nuestro albañil. Es menudito de cuer– po, pero activo hasta superarse, y ágil como un mucha– cho. Ha levantado la mayoría de los edificios que se han construído en la Misión. Maestro, capataz y obrero a la vez, mantiene en continua actividad las brigadas de tra– bajadores y remata las obras que emprende en menos de la mitad del tiempo que los artífices chinos emplean. Con su dirección y trabajo ha ahorrado a la Misión mu– chos miles de dólares ... Los Comunistas que le apresaron al mismo tiempo que al P. Dima, le invitaron a incorpor arse a su comu– nidad de obreros y soldados, en calidad de honrado tra-