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XI LOS COMUNISTAS E L comunismo trabajaba intensamente infiltrando sus ideas en el pueblo chino, magnífica esperanza para el día grande de la revolución social. Varias Provincias eran ya, en el 1932, hervideros de guerrilleros comunistas, te– rror de los pacíficos habitantes y ruina de las Misiones Católicas. Por entonces nadie temía en el Kansu la inva– sión comunista o del ejército rojo .. . ¿Qué iba a ganar el comunismo, nos decíamos, con la ocupación de la Pro– vincia más atrasada y pobre de China? ... No fué, sin embargo, así ... En los últimos meses de 1933, nadie sabe cómo ni de dónde vinieron, los bosques del N.E. de la Prefectura se hallaban convertidos en campamento del Ejército Rojo. Desde allí bajaban, en rachas sangrientas, a la región po– blada del centro, y asaltaban los pueblos y ciudades. Su botín preferido lo constituían los ricos y el Misio– nero Católico, que siempre les producía notables sumas en rescates. El P. Dima, preso por los Rojos. - Son las primeras horas de la noche del 12 de noviembre de 1933, en la Estación Misional de Sanshelifú. Los Misioneros P. Fer- . nando de Dima, P. Bartolomé de Puente y el Hermano Fr. Isidoro de Artazcoz, comentan tranquilamente las úl– timas noticias tenidas de los otros Misioneros ...

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