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Y veo que del templo el perfumado ambiente, con luces irisado de nítido esplendor, refleja de sus labios el resonar potrnte, llamándonos a todos con paternal amor. Y siento que en las bóvedas se extiende la armonía rle su inspirado acento, que arranca al corazón mil lágrimas ardientes preñadas de alegría, ele fé y amor filiales magnífica expresión. Ya el aura saturada al toque de su frente paréceme que viertr perfume celestial, como deshecha en perlas de rnltaüora fuente dPrrama en la espesura jugo y frescor vital. Ya creo que sus OJOS mi corazón hiriendo con paternal mirada difunde en torno amor, ya finjo que al mirarme me va dulce clicit>rnlo: "yo so;v el buen Pastor''. Y sueño ya q.ue el céfiro henchido a sn elo;:uente tct'nto blando suena: '' yo soy rl buen Pastor''; qne el eco fatigado repite dulcemente "yo soy el buen Pastor''. Sí, tú eres Pastor santo, que a dulces pastos mueY('S por la cristiana senda a la escog·ida g-rey: y allá en la Piedra vi-va de Cristo Dios la embeLcs, ,le su Razón clfrina cumpliendo sacra ley. - 72 -