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; Cuánto que celeste artista todo mi ser agitara trocando en cuerdas de amor todas las cuerdas de mi alma! ¡ Cuánto que en limpio crisol mis lahios purificara; y que todos mis afectos lenguas finas se tornarán! Pero si esto no es posible, tu bondad supla mis faltas, y sigue escuchando, madre, <'1 tierno canto ele mi alma. II El ave qne en la espesura de montes y valles canta, ele su amante compañera llora la ausencia, porque ama. Los besos con que una madre a su dulce amor regala, vuélve]e con mil caricias Pl pequeñm·lo, porque arna. Las memorias de un amigo erm pluma sencilla dadas son de earií'ío señales, en que se goza, porque ama. Y c¡;;te dulce sentimiento, que se desborda de mi alma Yolanclo hasta el santo hogar, clo tu yfres, madre amada, ¿no es firme prueba de amor de este tu hijuelo, porque ama? Este amor, flor de los cielos, lo difíeil y arduo allana, y en vivo fueg·o convierte la más fría nieve helada. En su extensión y grandeza pare,·e rnmhra r-on alas, -109 -