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toña, y puedo ~stimoniar que era un buen religioso, piadoso y obser– vante, tanto durante los estudios filosóficos como los teológicos.» (Padre Dámaso de Gradetes.) «Se dió, además, la a¡preciable circunstancia de que los Superio– res le adelmtaron la sagra;da Orden del Prebisterado, pues siendo costumb:e entonces ordena"r a los estudiantes cumplido más de me– dio curso de Sagrada Elocuencia, fray Berardo fué·ordenado de sacer– dote al iniciarse dicho curso, el 10 de octubre de 1909, y desttnado, para ampliar estudios, al Colegio Internacional de Roma, obte– niendo el grado de doctor en Filosofía en la A-cademia de Santo Tomás, y el de licenciado en Derecho en la Universidad Greg.oriana.» (Carta del siervo de Dios a don •Juan Casas Pimentel.) ITI Protesor.-Detinidor.-Lector.-Rector de Colegio Mayor. A la vuelta de Roma fué destinado el siervo de Dios a la ense– ñanza, primeramente al Seminario Seráfico; más tarde, a las dis– ciplinas filosóficas y ciencias; tres años después es elegido en ca– pítulo Definidor !Provincial, rector del Colegio Teológico de León y lector de Teología moral, cargos que desempeñó con diligencia y competencia, a satisfaeción general y con evidente aprovechamien– to de sus discípulos y dirigidos. <<Tuve al padre Berardo de rector del Colegio de Teología y siempre le consideré buen religtoso•. ale– jado de la política nacional y lleno de caridad para todos.» (Padre Hontoria.) «Fui discípulo del padre Berardo de Visantoña siendo él lector de Derecho y vicario del convento de León. Como religioso fué ob– servante y ejemplar, pues siempre asistía a todos los actos comunes con puntualidad. Como lector, sus clases eran instructivas e ~ntere­ sante.s; sus discípulos íbamos !Con gusto a la clase y nos aprovechá– bamos en la asignatura que enseñaba. Como, además de lector era vicario, en las ausencias del padre guardián se interesaba mucho por la salud de los estudiantes, y practicaba la caridad con todos los religiosos, pero especialm~mte con los jóvenes colegiales, ante– poniendo la caridad a la pobreza seráfica.» (Padre Aurelio de Pereña.) «El padre Berardo de Visantoña resplandeció por su amor a la Iglesia y a la Orden Capuchina, y demostró su caridad con los súb– ditos, de que tengo pruebas por haberla personalmente experimen– tado en tiempo de sufrimientos y enfermedades.» (Padre Antonio de Carrocera.) 67