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:.Más tarde nos juntamos en la ciudad de Cumaná, por pocos meses; él había sido uno de los fundadores de aquella casa, junta– mente con el padre Lorenzo de Tejertna, y juntos vivieron algunos ·años. )}Los habitantes de Cumaná aún le 11ecuerdan con gran cariño y le aprecian como a un santo. Su labor fué también allí eficaciSi– ma antes de que yo estuviera con él, y oia a las gentes decir que el padre Arcángel era un santo. Cuando -volvió de nuevo, después de ñecha la fundación de Tucupita, cuna del V;tcariato apostólico del Caroní, Cumaná le recibió con cariño y contento g,eneral, y volvi a aJPreciar las excelentes cualidades que le adornaban como hombre . de Dios y varón verdaderamente apostólico. Muestras de su arduo apostolado fueron las muchas almas que conquistó para la Iglesia; almas que vivían alejadas de Dios y que el padre Arcángel, con su ·paternal bondad las fué poco a poco atrayendo. No hay que olvidar que él, por su naturaleza, era de temperamento fuerte; pero se ven– 'Ció y gradualmente se transformó en un ser tan amable y suave, que pa:ecia connatural en él. »Fué humilde, sencillo, bondadoso, caritativo y altamente sacri– qcado, cualidades todas de un verdadero apóstol. Creo que nadie podría hacer mejor elogio del ~adre Arcángel que la ciudad de Cu– maná y la de MaJchiques. Para mi fué un santo en su vida y un santo en su muerte.> «Acerca de la opinión que de sí dej 6 en Cumaná, como también -mi opinión sobre él como religioso y misionero, debo decirle lo si– guiente: Siempre oí hablar bien del padre Arcángel, y algunas fa– milias amigas suyas todavía le recuerdan con cariño por su laborio– sidad y por el celo apostólico en los trabajos parroquiales. Muy poco conocí personalmente al padre y nunca viví. con él, asi que mi opi– nión sobre dicho padre está basada en las referencias que otros me ñan hecho, todas ellas buenas.» (Padre Cayetano de Carrocera.) V El siervo de Dios, a España.-Silencioso apostolado en varios conventos.-En la villa de Gijón. El padre Arcángel, todavía en buena edad, había arruinado casi -por completo la salud y había perdido gradualmente la vista por miopía progresiva y por cataratas, al parecer no operables con éxito, en el ejercicio del apostolado en campo evang.élico, siempre incó- 48

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