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maestro jubilado don Dáma.so Cembranos, el cual me ha proporcio– nado algunos datos referentes a la educación recibida de sus padres, y sobre la conducta de Norberto durante la niñez y juventud. cTantb mi hermano como yo-dice-, tuvimos la dicha de nacer en un hogar profundamente católico, dándonos nuestros buenos pa– dres educación sólidamente cristiana, como suele decirse, a la an– tig.ua. Desde pequefio fué él muy bueno, humilde, obediente a los padres y sólidamente piadoso, siguiendo con fidelidad el devoto rit– mo que se acostumbraba en el pueblo. Aprendió las primeras letras en la escuela natal con bastante aprovechamiento, porque era inte– ligente y aplicado. En aquel plantel inicial estudió el catecismo de la doctrina cristiana, completando la educación religiosa con el se– ñor párroco, quien conveni-entemente le preparó para la primera co– munión.:. (Dámaso Cembranos de la Verdura.) Rodeado de ambiente favorable, de costumbres saturadas de mo– ralidad y de sólida piedad cristiana, sintió como consecuencia los pqmeros aleteos de vocación sacerdotal. Para cooperar sus piadosos padres a los designios del Sefior le enviaron al Semianrio Menor de Valle de Mansilla, en donde cursó cuatro años de latín y humanida– des, conquistando en los exámenes la codiciada nota de sobresa– liente. Con tanta asiduidad -como al estudio llevaba también vida espiritual adecuada a quien aspiraba en el futuro a ser colaborador de Nuestro Señor Jesucristo en la salvación de las almas. Después de terminar con el éxito indicado los estudios humanís– ticos, marchó al Seminario Conciliar de San Froilán, en León, para cursar en aquel centro educacional la Filosofía escolástica y cien– cias, y la Sagrada Teología con las demás disciplinas correspon– dientes a la carrera eclesiástica, habiendo obtenido en casi todas las asignaturas la caltficación de meritissimus, siendo muy aplica– do y constante en el estudio. Por el estudio sentía verdadera pasjón y experimentaba gran placer en el trato con personas religiosas e ilustradas, asegurando que le gustaba estudiar para instruirse y saber mucho. «En este periodo de vida estudiantil fué muy dócil y sumiso a los Superiores del Seminario; frecuentaba mucho, aún en vacaciones, los santos sacramentos, ayudando algo a la famUia en el campo durante la recolección del verano, que coincidía con las vacaciones de fin de afio académico.;¡) (Dámaso Cembranos de la Verdura.) Un condiscípulo suyo, que vive actualmente y ejerce la cura de almas, manifiesta en pocas palabras la recomendable conducta del seminarista Norberto. cSiempre-dice-observaba una conduct a edi– ficante; era muy piadoso, por lo cual no me extrañó que cambiara de rumbo en su vida yendo al convento. Era aplicado y obediente, 390
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