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sibutdad de admitirle en el Instituto para sacerdote, pero asegurán– dole el ingreso en· calidad de hermano coadjutor; prueba inequívoca de que el comportamiento como colegjal le recomendaba para abra– .zar el estado religioso. cDicho hermano me refirió que había hecho estudios para sacerdote en un colegio de los padres del Inmaculado Corazón de María. lPero, por un defecto en la vista le dijeron que no podía ser sacerdote, pero que sí lo deseaba, podla pasar a hermano lego en la mencionada Congregación Claretiana.» (Padre Angel de S anzoles.) «De no ser sacedote sino hermano, prefiero ser Capuchino.» He ahi la respuesta del joven Terciado. Y así lo hizo, ya que pidió y obtuvo el ingreso en calidad de hermano, en la Provincia Capuchina del Sagrado Cora.zón de Jesús de Castilla. Transcurridos laudable– mente los meses ordenados por el derecho para los postulantes, re– ctbió el hábito en Basurto, el dfa 11 de julio del año 1929, apenas cumplidos los veinte años. Al iniciar el año de probación, cambió el nombre de Jacinto por el de fray Diego de Guadllla. (Acta de vesti– ctón de hábito.) Su comportamiento durante el año de noviciado fué tan ejemplar y edificante que, en la triple votación por parte de la Comuntdad para la primera profesión obtuvo todos los sufragios y, en conse– cuencia, pronunció los votos temporales el dia 15 de agosto del año 1930. Inmediatamente fué destinado al convento de Montehano, en donde se consagró perpetuamenre al servicio del Señor y de la Orden mediante la profesión solemne, emitida el dla 10 de septiembre del año 1933. (Estadística Ofictal de Za Provincia.) III Observante.-Virtuoso.- Obediente.-Devoto de la san– tísima Virgen.-C(Lritativo. El novel profeso llevaba verdadera vida espiritual y tenia ansias de servir fielmente al Señor. cNoté en él gran deseo de instruirse en la vida espiritual, para lo cual me pedía con frecuencia los apuntes de las conferencias del santo noviciado. Entre las devociones que él cultivaba con mayor esmero, fácilmente se notaba la devoción filial y tierna a la Santísima Virgen. Incipiente, como quien dice, en la palestra de la vida religiosa, era, sin embargo, obediente, devoto, ejemplar y muy rendido a las disposiciones de los superiores, como muy bien pude advertirlo.» (Padre Angel de Sanzozes.) «Al principio de su vida de profeso desempeñó especialmente el 352

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