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cía el oficio de cocinero y de hortelano. Siempre fué muy obediente, amable, caritativo y fervoroso. Su vida de fervor continuó vivién– dola en la cárcel, apresado por los rojos, según me dijo un compañero suyo de priSlón. Era un religioso ejemplar.» (Padre Manuel de Hon– toria.) IV A la panadería de entrente.-En la Comisaría, en la Re– sidencia de los padres Jesuitas y en la iglesia-prisión de San José. Cuando estalló el Movimiento de liberación y Gijón cayó en ma– nos del Frente Popular y violentamente fué tomado el convento de los padres Capuchinos por la chusma enloquecida, fray Eustaquio,. juntamente con el padre guardián y fray J\lejo de Terradillos, fué llevado a la pró:lQma panadería y no quedó momentáneamente en el sótano del convento como los otros cuatro religiosos. En la pana– dería fué registrado y colocado en fila con los otros dos religiosos para ser allí mismo fusilado. Pero por intervención del panader() no lo ejecutaron entonces, sino que, no atreviéndose a tomar un pan en la mano y salir con él manos en alto, para ponerse a salvo, como se lo indi·có el padre Superior, para que siguiera su ejemp}() cayó alli mismo en poder de los rojos, y con fray Alejo llevado a la Comisaría, donde se reunió con los otros Capuchinos; desde allí fué llevado a la Residencia de"los padres Jesuitas, y, por últtrno, a la iglesia- prisión de San José. Todo esto sucedía entre los días 22 de ju– lio y 14 de agosto del año 1936, en que tuvo lugar la gran saca y la te– rrible matanza de religiosos, sacerdotes y seglares católicos de todas las clases sociales, por el único delito de no pensar en rojo y por querer una España cristiana y católica. <<Conmigo estuvieron presos varios religiosos Capuchinos del con– vento de esta ciudad, recordando los nombres... , y del hermano a quien llamaban el Cocinerín, que era fray Eustaquio de Villalquite.» «A los que más traté fueron al padre Arcáng~l y al hermano Coci– nerín.» «Al hermano Eustaquio de Villalquíte tampoco lo puedo iden– tificar por su fotografía, pero aseguro rotundamente que estuvo con nosotros detenido, pues era sumamente conocido como el <<Cocinerín de los Capuchinos.>> (Abogado Bonitacio L. Somonte.) 345