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La buena conducta del novicio fué notada por los miembros de la Comunidad del Noviciado, ya que en la triple votación ordenada por las leyes obtuvo todos los votos favorables y ninguno contrario para la admisión a la profesión religiosa. En consecuencia, el día 3 de agosto del afio 1924 se consagró temporalmente al Sefior. (Acta de protestón.) Agregado ya al Estado religioso marchó a los colegios mayores de la Prov~cia para cursar los estudios filosóficos y teológicos. El ca– rácter franco y abierto no fué siempre. al parecer, ni comprendido ni rectamente interpretado por t odos sus ,educadores, pues con las notas en la mano se advierte una inexplicable fluctuación en las califica– ciones, no referentes a la ciencia, que siempre fueron más que no– tables, sino relacionadas con la conducta, que tan pronto descendían a dos puntos, como subián a la nota máxima, prueba de la necestdad de grandes conocimientos psicológicos-experimentales en los educo.– dores para pentrar el carácter de los educandos, las tendencias y las disposiciones de los mismos, si no se quiere llegar a lamentables e irreparables fracasos, confundiendo el temperamento alegre y abier– to, con la r.eprensible disipación. «Fué estudiante aventajado, evidenciando en cuantos actos inter– venía, sus dotes oratorias de buen predicador que en él había. Sus composiciones se ajustaban a normas literarias propias del género y sus temas, sin dejar de ser brlllantes, seguían las tradiciones y dtrectnces de los grandes predicadores Capuchinos, principalmente del beato Diego José de Cádiz. A medida que se acercaba al sacer– docio su vida de piedad fué en aumento, teniendo predilección es– pecial por la práctica intensa de la oración vocal y el ejercicio de frecuentes jaculatorias. Durante los afies de teología aumentó su entusiasmo por las Misiones entre infieles y por la devoción a la Divina Pastora, si~do uno de los principales iniciadores de la Aso– ciación de Zagales de la Divina Pastora en nuestro Colegio de León.~ (Padre Begoña.) «Yo fuí contemporáneo del reverendo padre Domitilo de Ayóo en el Seminario Seráfico, y en los Colegios mayores de Filosofía y de Sagrada Teología. Traté al padre Domitilo con bastante intimidad, y noté que siempre fué un joven entusiasta de su vocación religioso– Capuchina, acerca de la cual nunca anduvo con dudas o titubeos. De temperamento alegre y franco, era buen compañero y buen religioso. Como estudiante también cumplió generalmente con sus deberes.:. (Padre Abelde Bilbao.) El año de 1931, año de la proclamación de la república de traba– jadores de todas clases y de no pocos desórdenes y quemas de con– ventos y colegios, fué también perturbado el colegio mayor de Teo- 261

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