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resintiéndose de él en muchos de sus actos, no por malicia, sino a causa de su manera de ser. No fué mal seráfico ni tampoco mal reli– gioso. Abierto a la buena y sencillo, fué bien querido de todos los religiosos, y especialmente estimado de .tos seglares, porque además de sencillo era un verdadero artista, para la música y la mecánica especialmente.> (P(Ldre Aureli o de Pereña.) El padre Director de uno de los Colegios mayores, teniendo como dir¡gido a fray Carlos, da de él el testimonio siguiente : «Conocí al reverendo padre Carlos de Alcubilla, y noté que era muy compla– ciente con los demás religiosos, sencillo y servicial, prestándose para cualquier favor que se le pidiera. Tenía cualidades muy especiales para cuanto se relacionaba con la mecánica.» (Padre Pacífico de Me– llanzos.) En sus estudios filosóficos tuvo los tres años la calif!cación de notable, tanto .en aplicación o resultado de los exámenes, como en conducta o buen comportamiento. Menos le entraron las ciencias teo– lógicas. Pero no obstante convenientemente dió, como suele decirse,. la talla, y fué hallado digno de emitir la profesión solemne. que efec– tuó el 14 de agosto del año 1927. Al año siguiente, en el mes de junio,. dia 24, recibió la ordenación sacerdotal, quedando definitivamente consagrado Ministro del Señor. (Estadística Oficial de la Provincia.) m Me han de ver en los aztares.-Misionero en Venezuela.– Regreso a la Patria por entermo.-Protesor en el Semi– nario Seráfico de El Pardo. El .carácter sencillo, pacífico y bondadoso del padre Carlos ad– mitía fácilmente las bromas de los condiscípulos, aunque fueran, en ocasiones, algún tanto pesadas. Uno de ellos habla sobre el particu– lar en los siguientes términos laudatorios: «El padre Carlos era de carácter amable y servicial; se alegraba del bien de los demás, y. carecía, por consiguiente, de envidia. Recuerdo una anécdota sobre el siervo de Dios: En ocasiones, ya de estudiante, ya de padre, cuan– do se le decía que era diSipado, él respondía : «Pero si me han de– ver en los altares.» (Pr;tdre Enrique de Cevico.) Apenas ordenado de sacerdote le destinaron los superiores, con pleno consentimiento suyo, a la Mtsión del Caroní, entre indígenas; pero no llegó a ella, porque durante el periodo de aclimatación se acentuó la enf-ermedad de estómago que venia padeciendo desde estudiante, enfermedad que le contraindicaba para soportar los mu- 222
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