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por tanto, que el padre Fernando erró al poner la fecha de vestición no el 2, sino el 4, en la carta anteriorm~nte aludida. Satisfechos los vehementes deseos de ingresar en la pacifica mi– licia del serafin de Asís, mediante la ceremonia de la vestición del hábito, el fervor divino aumentó en él durante el año de probación, como lo demuestran los propósitos hechos en los ejercicios practi– cados el 23 d~ septiembre y siguientes del año 1905, como prepara– ción para emitir los votos relig.iosos, terminando con pleno éxito ei año de noviciado. Seis son los propósitos, ya en conformidad con la vida religiosa vivida con toda intensidad, practicados los deberes que ella implicaba. c_l.O Obediencia completa y total a mis Superiores, iguales e inferiores, y especialmente a mi padre maestro; 2. 0 , morti– ficación de la vista, llevándola, a excepción de los recreos, paseos y cuando me hablen, en cuyas ocasiones levantaré los ojos de cuando en cuando, muy recogida. Haré examen particular sobre esto, em– pezando por mortificarme cuando voy por los claustros; 3. 0 , no ha– blar fuera de hora sino por necesidad; así que procuraré no hablar palabra alguna fuera de las horas de recreo; 4. 0 , sufrir con pacien– cia y alegria cuanto me digan mis hermanos, no tratando nunca de· disculparme; 5. 0 , tener mucha caridad con mis hermanos, no acu– sándolos nunca y pensando bien de ellos; 6. 0 (varias palabras ilegi– bles), presencia de Dios, procurando mucho trato y comunicación ín– tima con Dios Nuestro Señor., Con esa buena voluntad y con deseos cada dia más intensos de perfección, llegó el momento feitz de unirse al Señor mediante la profesión relig.iosa, que tuvo lugar en Lecároz el día 4 de octubre de 1905, fiesta del seráfico padre San Francisco. (Estadística oficifJ,l de la Provincia.) Luego de •profeso se dedicó a los estudios de la carrera eclesiáS– tica, cursando la filosofía y ciencias afines. En el mes de agosto del año 1907 fué supt;mido el Distrito Nullíus y a cada relig.ioso que a él pertenecía por razón del origen, se le autorizó para que pasara a su Provincia. Y a petición elevada al reverendisimo Padre General, podían también cambiar, como se in– dica en el decreto de supresión. El estudiante fray José Maria de Manila pasó entonces a la Prov.incia religiosa de Cataluña, porque la m1sión de Manila fué confiada a dicha Provincia, y él aspiraba a ir a evangelizar a sus cpaisanitos, . Pudo ser también aconsejado por el reverendisimo padre Llevaneras, Superior del Distrito de Nu– llius, pero de origen catalán. ASí nos lo deja entrever un muy vete– l'ano religioso del Distrito entonces y hoy de la Provincia de Nava– rra. cY como el padre Llevaneras (q. s. g. h.) entraría muy bien en 140

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