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Después de esta noble salida de aquel domicilio encontró cari– tativa acogida en otro, en donde, contando los sucesos dolorosos.. porque atravesab~n- las gentes ~uena~ y honradas, y a la vista de _los. peligros en que v1v1an, se le 01a decu: «Todos tenemos que monr:> .. y refiriéndose a él mismo añ.adía: «Estoy dese~ndo que Dios me lleve cuando El disponga.» La referida cristiana familia no pudo· tener por muchos días al siervo de Dios en su casa, pues ya tenia alojado a otro religioso capuchino. Pero oportunamente buscó al. padre Gregario una pensión, al parecer bastante recomendable en cuanto a la dueñ.a, y le proporcionó documentación con el supuesto nombre de Juan Bermúdez, de oficio jornalero. Mas no lo pasó alll muy bien, por el ambiente en que tenía que vivir, porque todos los días tenía que ir a comprar leche, único altmento que le toleraba. el estómago, y guardar cola entre gentes, muchas de ellas de lenguaje· molesto y por demás soez, como entonces estaba en uso general en. la zona roja. Durante el tiempo del terror eran los «registros» a hotele·s, pen– siones y domicilios particulares casi continuos, para llevarse los milicianos a las personas que les venía en talante, dando con una·s en las checas y fusilando a otras sin ning.una forma de juicio. Tam– bién la pensión donde estaba el padre Gregario fué registrada por: los milicianos el 23 de agosto. «Obedeciendo, sin duda, a una denun-– cia-dice el padre .Carrocera en la obra citada--, que no sabemos. haya sido precisamente contra el padre Gregario, se pr·esentó en la_ pensión un grupo de milicianos. El que venía de mandamás llevaba en su mano un papel y preguntó a la dueñ.a de la pensión por un. individuo que ~nos decían «era fraile o cura». La dueñ.a contestó· negando TOtundamente que allí se encontrase tal individuo. <<Aquí no hay más que un señ.or- añ.adió-; pero se llama Juan BermúdeZ.>> «Pues que venga», contestaron ellos.» Compareció el padre Gregario; le pidíeron la cédula personal, en la que aparecía consi¡gnado el nombre de Juan Bermúdez y con· oficio de 1ornalero. Viendo frustrados sus intentos de encontrar al· fraile o cura que ellos buscaban, le dijeron: <<De todos modos, tú te vienes con nosotros; quizá tú conocerás al pájaro que buscamos o, por lo menos, avertguaremos dónde está.» «Se lo llevaron, pues, a la checa de la calle dél Marqués de Riscal, número 1, checa que actuaba bajo la inmedíata dependencia del entonces ministro de la Gobernación, Ang.el Galarza Gago. En ella ingresó el mismo día 23.» 127'

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