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HISTORIETA 53 ella; y partió el buque para el continente, llevándose el co– mandante a un kanaka en lugar del grumete alemán. Pasaron cuatro años, viviendo el grumete castigado, en una cueva del antedicho terreno y en compañía de una mu– jer kanaka. Al cabo de este tiempo, llegó el. representante de la Sociedad Explotadora, el Sr Merlet; y de vuelta al continente, se llevó al dicho grumete alemán. Al año siguiente volvió Merlet solo y dijo a los pascuenses: "El terreno que ocupaba el grumete alemán es mío, por que se lo compré en el continente". Los pascuenses no le hicieron caso, pues lo tomaron a broma. Pero Merlet, fué al lugar donde vivió el grumete y puso, cerca de la cueva, una botella clavada en tierra, queriendo significar a los sencillos pascuenses, que tomaba dominio de ese terreno; esto se supo luego en toda la Isla. El ante– dicho Domingo Vakatukuongue propietario del terreno, L ro– testando del robo que se le quería hacer, fué al lugar donde estaba clavada la botella y tomándola, indignado la rompió contra una roca. Acto contínuo fué a Mataveri donde esta– ba Merlet y le dice: ¿Por qué has puesto la botella en mi te– rreno? Has de saber que yo la saqué y la rompí, para que no la pongas más en mi propiedad que a nadie he vendido ni venderé. A este relato, dicen los testigos, Merlet se reía en extremo, pero Domingo estaba furioso y enérgico. SIGUEN LAS SESIONES En sucesivas sesiones de ancianos y jóvenes pascuenses se aclararon y deslindaron los terrenos siguientes, señalando los ancianos por súplica de los jovenes más inteligentes los dueños a quienes corresponden los terrenos demarcados. Dicen los ancianos:
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