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~EGU:NDA CONFBRI:ONCTA 23 indígena Kohou, y estaba al alcance del pueblo que leía o escuchaba leer a los que sabían. El sacerdote o Maori dirigía esta especie de misa llamada Tutía =holocausto. Es tal el respeto y veneración que tienen a ese palo sagrado del Tutía que no se atreven a descubrirlo del escondrijo donde lo ocultan ni a los jóvenes kanakas, por temor que se lo entreguen a los profanos extranjeros. Es un anciano el que guarda el secreto y, próximo a morir, se lo confía a otro anciano que tiene la obligación de guardar secreto so pena de morir repentinamente como castigo de su imprudencia. Apesar de estos respetos y reminiscencias de su pasado culto, abrazan y practican gustosos la religión cristiana y con gran devoción a Jesucristo y su Madre Santísima Te metua virigine que dicen ellos. El señor Obispo ordenó levantar a la virgen de Lourdes una capilla o gruta, en .el trayecto de la playa a la misión y todos, al pasar, la saludan con afecto y aún se alle– gan a la gruta a rezarle una oración y adornarla con flores. Otra muestra de su gran piedad es que, al llamado para el rezo o misa, acuden con presteza y sin faltar nadie, al pri– mer toque de la campana, sin esperar segundo ni tercero. Duran le la misa rezan en voz puesta y pausada todos al igual; cantan diversos cantos, en latín, castellano o en su lengua; tan afinados y con tanto sentimiento que enternece. Esto lo sabían bien los oficiales ·de la "Baquedano"; por eso al llegar a la isla y visitar la misión, me dice el señor Capitán del buque y algunos oficiales que le acompañan: "Hágales cantar algo en su lengua que deseamos oirles"! Con mucho gusto, les dije; y acto seguido doy unas palmadas para reu– nir algunos de los kanakas que estaban no lejos de nosotros: acuden y les digo: "Desean estos señores oírlos cantar". No repugnan, se preparan y a la indicación mía de "cantar el 1aorana" todos entonan al unísono y al tercer compás se armonizan en variadas y afinadas voces. . . Todos los pre-

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