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18 Btl'JNVENIDO DE ESTRILLA permanencia entre esos kanacas pascuenses fué de más provecho e interés, tanto para sus asuntos materiales coma espirituales y morales. La conferencia que dí en el Teatro Miraflores, fué de tema serio; de estudio y relación de trabajos urbanos y agrícolas. Por eso permitidme que ·ahora, me pronuncie más en lo característico de esa raza, para hacer ver el temple piadoso y viril de los kanakas pascuenses; su alegría imperturbable y su natural franco e infantil. Como a mi me place probar mis aserciones con hechosr vamos a ellos. Son testigos de vista los que me dieron datos y los que hablan. Se trata del honor de su raza. . . Hubo en la isla, y no ha mucho tiempo, un desalmado administrador de lcr sociedad explotadora que oprimía a los pobres kanaka'3, abusando de su sencillez y paciencia y escudado en su au– toridad quiso satisfacer a mansalva sus deseos criminales y los de sus compañeros en la inmoralidad. Se llevaba, a su casa administración, todas las mujeres que se le antojaba; forzándolas si era necesario. En vista de estos desmanes, se reunieron los ancianos con el rey a la cabeza que era entonces "Tueriveri" y determi– naron defender el honor de su raza, sacando a la fuerza del poder de la criminal autoridad administrativa, las mujeres que se había llevado del pueblo a su casa de la administra– ción; y al efecto nombraron guardianes a los kanakas más valientes. Estos guardianes fueron con resolución hasta donde es– taban esas mujeres secuestradas y tomándolas las devol– vieron a sus respectivas casas, habiéndolas azotado antes como castigo por consentir en la profanación de su honra. No tardó mucho en presentarse al rey kanaka el criminal administrador y le dice:- ¿Por qué me sacas las mujeres de. mi casa?"

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