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e o BIBNVIONIPO DE J!IS'rELT,A El señor Obispo Edwards es quien ha hecho u..r1 breve tr:J.– bajo bien estudiado sobre la isla y sus habitant~s. aorove– chándose de los documentos más fidedignos; por eso he creído oportuno y honroso para mí imprimir su trabajo en esta se– gunda parte de los cMisterios de la Isla de Pascua». Aquí van pues, las relacioms que los simpáticos y nada tontos pascuenses, me dieron de sus historias; y las ponga casi tan al desnudo como me las dieron, quitando lo más bur– do que he podido sorprender. Repito: no hago historia, sino que relato sus exposiciones para darnos cuenta de sus pensamientos propios y de sus ínti- mas preocupaciones ..... . CONSIDERACIONES EXPUESTAS acerca de la Isla de Pascua por Mons. Rafael Edwards, que la visitó en Junio d.e 1916 y J unio de 1917. Al regreso de mi primera visita a la Isla de Pascua, di a co– nocer, por medio de una conferencia, a la soctedad de Santia– go y a la de Valparaíso, el triste estado de abandono en que se h:1llaba aquella hermosa y apartada región, perdida en la in– mensidad del océano, y que desde hace años forma parte de !:·..:estro territorio. «No me t>ae:1, dije entonces, a este sitio-el teatro en que d:- ba la ce·'ferL ·-1ci2.-injustificadas pretensiones lite¡· arias ni el deseo de ~·ebtar m::t:avillosas aventuras. ·,Soy solame:1.te un me:,dig,o que vengo a referir los dolores y las miser~as de mis hijo::. ~ara implorar vuestra compasión y v ..tcstra limosna.» El relato halló un eco de sim~~: :h.ía profunda en muchas al- o

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