BCCAP000000000000136ELEC

76 Bli'JNVIliNIDO DE ElSTJllLLA te musical, carta contestación a otra que le mandé juntamen– te con una copia de mi colección de cantos kanakas. Llavallol (Argentina), Colegio Euskal-Echea, 11 de Febre ro de 1919.-R. P. Bienvenido de Estella.- Mi querido amigo: Acaba de entregarme el Padre Andrés tu coleccioncita de can– tos kanakas. Persuádete que es lo mejor de lo mejor de lo mu– cho bueno que has hecho en tu vida. Me he quedado como quien ve visiones al leer estos compases. Son una verdadera revelación. El pueblo que canta esta música no es salvaje, si– no muy culto. Iaorana es algo estupendo. Ya quisieran te– ner los europeos algo parecido a este himno verdaderamente religioso y ultra-gregoriano. Un millón de gracias. Espero uti– lizar estos cantos en algún motete de voces. Te saluda afectuo– samente, Tomás. Hasta aquí el testimonio de un maestro. Es cierto que los padres misioneros de los Sagrados Corazones enseñaron en los tiempos pasados varios cantos a los pascuenses. En el libro don– de tienen recopilados sus cantos, muchos de ellos citan el can– to de origen francés a que corresponde su música, pero al traer a la escala musical los que doy hoy a la publicidad, tuve cui– dado de que no fueran de los que tienen esa llamada de aten– ción de su verdadero origen. Además, son los pascuenses aptos para inventar cantos y son de mucha iniciativa en el arte musical; esto lo he notado yo mismo y probado a la vez. Otros misioneros que han vivi– do con ellos algunos años declaran lo mismo. Para prueba de lo que indico, véase el breve canto, Eme ore ore tote Capuchine, que lo inventaron ante mis propias bar– bas los niños y niñas mayores del colegio en el momento en que salían de él, y se dirigían según costumbre a la misión. Iban todos en grupo; yo acababa de dar un paseo de estudio por la playa y también me dirigía: a la misión. Los niños y las niñas me roderaron como tenían costumbre de hacerlo donde me en– contraban; y, con espíritu picaresco, comienzan su canto indi-