BCCAP000000000000136ELEC

70 ll!ENVENIDO D!ll ESTELLA Este hecho data de unos 14 años antes de la llegada de los peruanos a la isla, o sea en la guerra napoleómca. Al cabo de cuarenta años de este suceso fueron a Tahiti va– rios kanakas pascuenses y quedaron sorprendidos con la acu– sactón que los kanakas tahitianos les dirigían: Vosotros habéis matado y comido a un Obispo, les dicen en son de reprensión. Mas ellos se defienden, dkienqo: No es cierto, les quitamos los sombreros no más, y algunos les hirieron con piedras; pero ellos se escaparon al buque y no se vie– ron más. Resulta a la vez que los Obispos de Tahiti han llevado siem– pre ese nombre, y no hay historia de que alguno de ellos haya perecido a manos de los antropófagos pascuenses. Precisamen– te el Obispo que oyó contar el suceso y que se llamaba María Tepano, llamó a los recién llegados de la isla de Pascua para cérciorarse del hecho, y, en vista de la relación verídica de los pascuenses, prohibió hablar mal de sus hermanos los kanakas pascuenses; pero, como siguieran los tahitianos en sus críti– cas mordaces contra los pascuenses, otra vez los reprendió en una plática en la misma iglesia. Entre otras cosas les decía: Y ¿cuál es el Obispo que se han comido? Como veis, yo estoy vivo, y a mi anterior Tepano, lo conocistez·s, como yo, bueno y sa– no. Prohibo, pues, terminantemente, hablar más del asunto que algún calumniador ha inventado en descrédito de los pascuenses. Los kanakas pascuenses volvieron a su isla y contaron las falsas noticias en su contra, aunque basadas en algo cierto. De aquí tomaron pie algunos kanakas desavenidos con los atropelladores, para cargarles un sambenito más pesado que el fabricado por ellos. Se explica, por tanto, cómo algunos via– jeros, al arribar a la isla, oyeron los cuentos calumniosos que los actuales kanakas se esfuerzan en desmentir.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz