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.. TIISTORllilTAS Y CUENTOS 67 singulares. Se creía que, poseyendo una cabeza o calavera de rey, aunquejuera escondida en su propia casa, la suerte le llegaba com– pleta: buena cosecha, hartos frutos y ninguna desgracia para su casa. También era costumbre antigua embalsamar, al modo kanaka, los cadáveres de distinguidos personajes. Sobre un montón o pi– lastra de piedras, colocaban el cadáver al sol y al aire para que se secara, dándole vuelta todos los días con el objeto de que el aire y sol le dieran por todos los contornos. De este modo, al cabo de dos meses, quedabaseco el cadáver y los deudos lo llevaban a un sepul– cro especial, arreglado de antemano. A veces lo llevaban a su mis– ma casa donde había muerto, bien arreglado y adornado para et caso; lo colocaban encima de una mesa en medio de la pieza. La casa por el exterior estaba toda jorrada, hasta las puertas y venta– nas con moen-nga (esteras de totora o plátano), principalmente de mahute o hau-hau y lo velaban durante unmes. Trascurrido este tiempo, todos salíande la velación, dejaban solo el cadáver en lamis– ma habitación y en la mesa que lo habían colocado y aseguraban completamente la incomunicación por juera para que nadie pro– fanara el raro y, para los kanakas, sagrado mausoleo. Las casas de los personajes principales de la isla eran de una forma ovala– da, a modo de buque, quilla arriba odado vuelta; los cimientos eran de piedra labrada, como se conservan muchos aún, y en su forma– ción primitiva; lo demás del material era de palos de totora o anca. 14). El sombrero de tarro o de copa alta. Poco honroso para los kanakas pascuenses, es una mentida hlstorieta que se ha dado a la publicidad con la promesa de verídica, sin examinar bien el caso con las personas de inten– ción recta y claro entendimiento que están al tanto del asun-

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