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64 8IENV1DNIDO DE ESTELLA 15. La tribu Han-ngalwonu Perousa, llamada Tupah'Jtu; tribu que se distinguía por su valor; de aquí eran los valientes que sacaron al joven y bello Ure-Ohovehi del cautiverio de las hermosas diablesas del cuento de la ] aiva Negra. Por todas estas tribus corría la fiesta de la primavera Pai– na por orden de años. La fiesta del Koro era mensual como queda indicado y para una sola tribu. Los elementos para estas fiestas: El primer personaje es el conocido Maori que presenciaba y presidía todas las fiestas populares. Este distinguido perso– naje tenía su gran casa He Harenui y grandes plantaciones; poseía muchos víveres y todo lo necesario para alimentar a tantos jóvenes de ambos sexos como estaban bajo su custodia; es decir, su casa era como un colegio de jóvenes internos que se educaban en buenas costumbres y aprendían los rezos, can– tos y bailes indígenas para la celebración de las fiestas; esta– ba dividida por un tabique, resultando dos compartimientos, siendo uno para los jóvenes y otro para las niñas; cada uno con su cocina propia, pues los jóvenes de ambos sexos no se mez– claban sino para los ensayos, y en presencia del Maori osa– cerdote. Ni podía pertenecer cualquier joven al colegio kanaka. Te– nían que ser limpios, de buena fama y sin corromperse, es de– cir, joven que conoció mujer, o niña que fuera violada, no te– nía entrada en el colegio. Se dió el caso que, al solicitar el M ao– ri a un padre de familia su hija para instruírla en el colegio, el padre no pudo disimular la mancha de su hija y le dijo con cla– ridad: Maori, mi hija es profana, no sirve ya ..... Admirable medio de contener la inmoralidad en la isla, po– dían envidiarlo los civilizados. Llegado el día de la fiesta Koro, delante de la casa del que in– vita a la fiesta, se levanta uña gran estatua de madera; quizá tendrá siete o doce metros de altura con su correspondiente volumen de grosor; es hueca para poder entrar un hombre con

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