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RTSTORTETAS Y CUeNTOS 41 pescado y no me da todavía.-Pero mira, niña, si no somos gente; somos diablos: y ése, que es mi hermano, quiere comerte . ... ya está preparando el Umu para asarte. La niña se turba, la aflicción invadió todo su ser. El diablo, compadecido, la consuela diciendo: No temas, yo te libraré de mi hermano cruel; quédate aqui con– migo; del curanto saldrán dos clases de humo, uno blanco y otro negro: cuando salga el negro, te vas con sigilo; él no te verá por el humo negro, y yo te ayudaré. Así sucedió: la niña siguió las instrucciones de su espíritu protector, el cual, al mismo tiempo que la niña huía, la impulsó con su poder hasta ponerla a salvo; de un saltó llegó a tierra. Al verse libre de su engañador diablejo, pensó en refugiarse en la casa de una bruja, enemiga de los diablos de Marotiri. Esta bruja vivía en la falda del volcán Ranorarako; estaba en casa para consuelo de la liberta fugitiva. La bruja se ad– miró de la llegada de la hermosa niña, que le contó entre fati– gada y emocionante, las escenas peligrosas por que pasó. To– do lo sé, dijo la bruja, y te diré más: tu diablt?jo engañador viene tras de ti; anda buscándote, pero no sabe a punto fijo dónde estás: ·tú debes esconderte donde yo te diré, porque pronto llegará aquí. Arriba de este cerro, en la cima del volcán, hay una cueva estre– cha y honda: vete y escóndete en ella, pero de tal modoque tengas hacia arriba la espalda y la cara y la cabeza oculta hacia abajo. La niña puso en práctica esta instrucción y no tardó mu– cho en llegar el diablejo a preguntar a la bruja por la niña. !Desgraciado esperpento! ¿piensas que me voy a cuidar de ti? ¿Aun presumes que te guarde ángeles de la tierra para ti, cuando te aborrezco de veras? ¡Anda que te dé gusto el azufre ardiente de tu infierno! Entrégame la niña que me ocultas, bruja contrahecha, más fea que mi alma y más horrible que mi cueva. Pues búscala tú, si crees que llegó aquí el ídolo de tus afanes; 4

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