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HIISTORJETAS Y CUENTOS 33 madre, se cuidaba de hacer justicia y la hacía de un modo por demás original. Se embadurnaba todo el cuerpo de color negro con una es· pesa pintura hecha por él mismo de materias indígenas que en la isla se hallan. Así embadUFnado, comenzaba la pesquisa del malhechor en la forma siguiente. Tomaba un ratón vivo y se lo colocaba en la boca, sujetán– dolo con los dientes de medio lado, y comenzaba su peregn– nación por toda la isla buscando al asesino. Ya tenemos al protagonista del cuento histórico, convertido en el Heheva; con esto se hacía objeto de la compasión de todos. Mientras así caminaba, iba dando gemidos de dolor, dicien· do a cada paso y en tonograve: Heheva . . . Heheva . .. Heheva . . . Las gentes al verlo llegar y sentir el gemido triste, repetían: Heheva, Heheva. Le contemplaban con compasión y le veían ausentarse con sobresalto por lo que pudiera suceder; pues, si no hallaba al asesino en dos, tres, o más días, paraba en loco, y aun se moría, porque era costumbre o casi ley, que no debía probar bocado antes de hallar al culpado. Cuentan los ancianos pascuenses que varios morían en estas pesquisas, sin hallar al que busca– ban, y entonces no había guerra y todo quedaba en calma; pues hay que advertir que, al hallar al culpable, se armaba pe– lea general; es decir, cuando elHehevadescubría al matador de su deudo, desde luego tiraba el ratón que siempre llevaba en la boca, reponiéndolo cuando se mqría; después se lavaba bien el cuerpo para quitar el embadurnamiento; se adornaba todo como de fiesta, comía harto y daba muestras de gran alegría: con esto la gente comprendía que había hallado al criminal y todos se preparaban a la pelea. ElHeheva, que en el acto dejaba de ser tal, convidaba a los de su tribu a un gran Umu y les participaba que el criminal estaba descubierto. Casi siempre le ayudaban a descubrirlo,

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