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20 B IENVENIDO DE lll:!!TELLA 6). Supervivencias de antiguas costumlnes. Funerales. Al día siguiente de mi llegada a la isla, en el segundo viaje del año 1918, noto que la gente se mueve de un modo inu– sitado como en preparación de una.gran fiesta; todos se diri– gen a un punto determinado llevando cosas para comer. ¿Qué movimiento es éste? pregunto a un kanaka anciano, a dónde van con eso y conquéfin? (llevaba pollos y camote); yme contesta: Padrecito, murió un pariente de los Teao-Ruko y vamos a cantarle. ¿Cuándo y dónde murió, y dónde guardan el cadáver, que no lo he visto? Me parecía muy raro eso, y más que no me hu– bieran avisado para hacerle la sepultación en debida forma. El anciano entendió mi extrañeza y se adelantó a decir : Padrecito, murió en el continente, hace unos dos meses, y nos ha llegado la noticia en la ''Baquedano"; por eso todos va– mos a casa de Nicolás Teao, el mayor de los hermanos, y can– taremos por el difunto y también le rezaremos; al final tenemos Te umu-nui, la gran comida para la gente. Muy bien, le contesté, mucho me alegro que hagan duelo por los difuntos ausentes . Es curioso el caso, digo a mi compañero, el P. Domingo. Observemos, habrá algo de cómico en este duelo. Desde luego, todos llevaban sus presentes; pues nadie que– ría ser menos: pollos, pavos, corderos, camotes y plátanos; todo eso se veía amontonado, y pronto para meterlo en el Umu (curanto), o sea, en un hoyocomo deunmetrode profun– didad, hecho en el suelo; en él ponen piedras y leña, prenden fuego y, una vez caldeadas las piedras, sacan las brasas y leños que restan, quedando las piedras candentes y limpias. Sobre ellas colocan los comestibles en crudo, o sea: pollos, pavos, corderos, carne de vacuno, peces, camote, plátanos, etc.; todo bien limpio y pelado, se supone, y encima ponen

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