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DATOS OENERALE>; 15 ser molesto, se busca entonces otra casa donde haya más subsidio. Ahora, uno pregunta a la dueña de la casa hospitalaria: ¿Cuántos son por todos en tu casa? y contesta- Somos seis por todos, mi marido, yo, tres hijos y una visita. Con esto se comprenderá qué significado tiene la visita del cuento. Puede darse el caso de que los individuos de la casa hospi– talaria vengan a la miseria y el visitante se enriquezca; pues, a su casa irán uno o dos de los que fueron sus protectores, y así el protectorado viene a ser recíproco, aunque en tiempo sucesivo. Hoy para tí, mañana para mí, como canta el refrán. ¡Hermosa fraternidad! dirán desde luego l?s que lean estos rasgos de caridad entre bárbaros; pero ved aquí lo que suele suceder entre gentes sin civilización con estas fraternidades o visitas: viene el desorden en la familia, la indisciplina y aun la inmoralidad. Por eso se ha tratado de quitar esas acostum– bradas visitas y se les ha recomendado la asiduidad al tra– bajo y a la habitación constante en su propio hogar. Gracias a Dios, han comprendidolasventajas,eneste punto, de la civilización y sana moral. Al saber estos datos no es de extrañar que los con– tratos matrimoniales estuvieran supeditados al haber del pretendiente; pues, el padre de la joven kanaka indagaba con anteriondad si el que pretendía la mano de su hija tenía o no, con qué mantenerla, por lo menos durante un año. Hombre flojo o poco amtgo del trabajo que gustaba más bten andar de visita, o de gorra, como diría un buen español, no conseguía compañera. Hecho el contrato matrimonial en esas condiciones, el novio se llevaba a su kanakita, la cual volvía a la casa pa– terna cuando S'.l marido no tenía con qué alimentarla, ya fuera dentro de un año o dPspués de vanos años. Caso que la desengañada kanakita no tuviera casa paterna, efectuaba las consabidas visitas.

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