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OCIIO MESEIS ENTRE LOS P.t\SCUENSES 179 abusos como tal Una autoridad paternal los hace mejores; una autoridad violenta los desmoraliza e irrita. Para aprender lo que se les enseña, sobre todo en labores, tanto hombres como mujeres, son especiales, y con harto in– terés solicitan y piden los útiles para trabajar.-Yo tengo plata, dicen, tráigame tal o cual instrumento, todo lo com– praré. En cuanto a agradecidos, t~ngo que decir que harto lo manifiestan a Chile, en general, y a sus bienhechores en par– ticular. Son muy inclinados a cantar las canciones chilenas; por eso se ve mejor su patriotismo. Siempre me suplicaban les enseñara algo nuevo o repasara lo sabido de las canciones chi- · lenas. Recuerdo que en varios paseos o días de campo que les hice, sobre todo a los niños, al vitorearlos en medio del en– tusiasmo, diciendo: ¡Vivan los pascuenses! como corrigien– do mi frase, me respondían con prontitud: ¡Vivamos los chi– lenos! Si me preguntáis ahora: Padre, ¿quiere Ud. volver a la Isla? contestaría con ingenua franqueza: Sí, muy contento, y para siempre, si fuera necesario. Me encantan los pascuen– ses y con gusto serviría así a la nación chilena, en ;uyo seno vivo hace catorce años en trabajo muy activo como misio– nero, que ama la tierra donde trabaja como la tierra donde nació.

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