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164 BIBNVl!INIDO DE lllSTELLA segwdo se retiraba Mr. Edmuns y al ver el señor Merlet que ledejab~solo,l~gritacomo chiquillo abandonado en elpeligro. ¡Mister Edmuns, Mister Edmuns, no se vaya, espéreme! y acto continuo corre tras él! Con esto, los infelices kanakas quedaron satisfechos, el s~ñor Escob:ar les hizo justicia. Desde este momento ya Mr. Ed– muns ha vendido de todo a los kanakas, quienes se müestran contentos y satisfechos con él. La General Baquedano se fué :1 los 9 días de su estadü en la Isla. El señor capitan se llevó al continente al kanaka Daniel Teave, acusado falsamente de alzarse como rey . .. murió al poco de llegar a Valparaíso. ... El señoc V , chileno, quedó de autoridad de la Isla, que, por encargo del Ministerio de enseñanza, con sueldo señalado ad hoc, debía abrir una escuela en la Isla y atenderla personal- . mente. Los pascuenses no fiscalízan a la autoridad :)ino cuando se sienten ofendidos y oprimidos; y poco caso hacen de la vida privada de la autoridad, si a ellos se les trata bien. En esto fué acertado eJ señor Subdelegado V. put:s trató de n.o disgustar al pueblo en general; y aún se d.ió el caso de que defendió a los kanakas contra una injusta disposición de la sociedad.. Era el famoso Merlet que quiso burlarse otra vez de los pacientes kanakas. Al hacer el recuento de los animales. Merlet les promete a los trabajadores, en pago, dos novillos para comérse– los después del trabajo; el cual acabado, los reclaman y Merlet s ~los niega: instan y para acallarlos les da medio toro de uno que había muerto de enfermedad. Los trabajador~s ofendidos se quejan al señor Subdelegado diciéndole a la vez: - «Nosotros nos haremos' justicia, y, ya que el señor Merlet . no CtUnple con su deber, nos cobraremos lo que nos debe, to- mando nosotros mismos loa dos novillos del -::ampo y los come– remos.». Consintió en ello el señor Suddelegado, por lo cual peleó el

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