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LA DICHA EN UNA DESGRACIA 157 razón al atropellado pascuense. A los pocos dias se volvió el s<:>ñor Escobar al continente. LA COMPENSACION La goleta, General Baquedano volvió, según costumbre, al año; capitaneada por el comandante Las Heras, quien atendió a los pascuenses en sus reclamos. Volvió el buque al continente, y en él el capitán don Carlos Martín, de.;pués de pasar año y medio entre los pascuenses favoreciéndolos. Al llegar la Ba– quedano a Valparaíso, el comandante Las Heras murió casi repentinamente, alcanzando a decir solamente, en lo concer– niente a la Isla, lo siguiente: «La ropa que se lleva a los pascuenses es muy mala y sucia, no si1 ve... " Esto atestigua el kanaka Tueriveri, pues oyó re– terirlo así estando él en el continente... Es de notar que la goleta Baquedano no hizo su gira a la Isla en el lapso de dos años. Los pascueses extrañaban su demora, tenían graves reclamos que hacer; Mr. Edmuns se– guía en la terquedad de no venderle~ comestibles. Ni pescar les permitía. Ante tal conflicto, los pascuenses pensaron en robar a la sociedad. La idea (pareció torpe al principio, para lo3 más escrupulosos; pero con unas cuantas razones de los intrépi– dos y menos tímidos, se apoderó de todos el cl.eseo de hacerse justicia y se fué formando lo que algunos han llamado revo– luc~ón pascuense. Como dije antes, en la I sla había una kanaka ya anciana, de un espíritu dominante a la vez que piadosa; todos la consideraban y la respetaban. A esta kanaka lla– mada Anata, n.o le disgustó la idea de robar para que no pe– recieran de hambre. Ella decía que, no era robo sino justa compensación por lo que la sociedad les robaba a ellos. Pero antes c.e rE.~clvu~e a eso pidió a Dio,:; la iluminara para saber

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